sábado, 30 de diciembre de 2006

Crónica de la Semana

Javier y (de)Pablo se juntaron a huevear en el centro. Cada uno con sus motivos, que no vienen al caso. Especialmente el de Pablo. Ese si no que no viene al caso.

Siendo Pablo un conductor poco experimentado y con nula experiencia en multas de tránsito, planteó, en un momento de ligera ebriedad, su duda sobre cual era el margen legalmente permitido de alcohol en la sangre al momento de conducir un vehículo. Después de una pequeña discusión, se llegó a la conclusión de que, ante la duda, lo mejor era asesorarse con alguien que estuviera enterado de el tema .Y quien mejor que un carabinero para resolver este asunto! - dijeron ambos, aunque no al mismo tiempo.

Javier hablando on carabinero

Terminado su bocadillo de la tarde (completo + shop) se encaminaron hacia la comisaría que asumieron más cercana (la de Salas con San Martín). Una vez en el interior y en vista de su evidente desorientación en cuanto a asuntos burocráticos, uno de los carabineros (el comisario probablemente, ya que se encontraban en una comisaría) se acercó a ellos y les pregunto cual era su asunto en el lugar. Javier, que durante el camino se proclamó como inquisidor designado, expuso su duda al oficial de la ley. Este, con su mano en el revolver durante toda la conversación, les dijo, con cierta extrañeza frente a la pregunta, que nada de caracter alcohólico estaba permitido beber antes de conducir. Pablo y Javier se miraron algo extrañados porque no esperaban esa respuesta (obviamente no se les había ocurrido) y quizas porque no entendieron la duda que mostró el carabinero al responderles. En todo caso, aceptaron la aclaración sin contrapreguntar y abandonaron el lugar inmediatamente, sin obviar el detalle de la mano en el revolver (y no al revés).

Una vez fuera de la comisaría comentaron en voz alta lo que ambos pensaron al escuchar la respuesta del comisario: ninguno de los dos había pensado en esa posibilidad. Por esto decidieron validar la respuesta recibida consultando con alguien relacionado al mundo legal. El elegido fue su amigo Patricio (4º y con fe en que proximamente será 5º año de Derecho en la UdeC). Pablo tomo su teléfono celular y llamó a Patricio, que se econtraba en su hogar, realizando acciones desconocidas para quien cuenta esta histora. Al tiempo que le explicaba la duda y la situación recien vivida en la comisaría, una señora que pasaba por el lugar lanzó una nada disimulada carcajada (o varias de ellas) al oír la conversación telefónica, mientras el perro que llevaba se ocupaba de sus propios asuntos en un árbol cercano.
Pablo con la vieja

Finalmente Patricio, luego de una pequeña explicación en la que daba a entender que el carabinero estaba en lo cierto y que el mayor o menor grado del alcohol en la sangre solo influye en la pena recibida y no en la exitencia o no de la falta, preguntó a Pablo si él y Javier se encontraban ebrios, a lo que ambos respondieron afirmativamente. A esta altura la señora y su perro ya estaban fuera de vista.

Solo despues de terminar la conversacion con Patricio se dieron cuenta ,los portagonistas de esta historia, que en su rápida y un poco avergonzada retirada de la comisaría no preguntaron cuanto tiempo después de haber ingerido alcohol se estaba en condiciones de retomar el volante de un vehículo. Conocido ya el punto de vista de la ley respecto del asunto y en vista que aún no habían saciado su sed....de conocimiento, decidieron que lo mejor para aclarar éste último detalle era consultar con alguien que estuviera enterado de los procesos naturales del organismo, asi que llamaron a su amigo Andrés (que estudia medicina, vive en santiago y rara vez se da la molestia de visitar su ciudad natal). Tras los saludos de rigor, los comentarios hacerca del clima (lease 34ºC de temperatura en la Capital) y bormas variadas, Andrés respondió que el organismo se demora alrededor de 10 horas en eliminar el alcohol ingerido, aunque este tiempo puede variar dependiendo de, por ejemplo, la temperatura ambiente. En un día caluroso y más especificamente por la alta sudoración que esto implica, el tiempo que lleva el proceso orgánico mencionado es menor a 10 horas. Asume artísticamente quien escribe y sin que hubiera ningún comentario de Andrés al respecto, que en un día de mucho frio dicho proceso demora más de 10 horas.

Concluido este útimo contacto telefónico con Andrés, Javier y Pablo siguieron su camino por el centro de la ciudad, el que los llevaría mas tarde a encontrase con Cristian, otro de sus amigos. Pero eso es material para otra historia. Además casi todo el tiempo que estuvieron con Cristian (y que no fue mucho en todo caso) lo ocuparon en contar la historia que les acabo de relatar, por lo que no hay practicamente nada nuevo en eso.

Esperando que esta historia les haya servido para enterarse de cosas que no sabían, me despido.

CHAO CTM. Hasta la próxima.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja Ja Ja! ta buena la historia, la dura, pero no se quien la escribio, asumo que Xavier (le puse la "x" pa que se viera mas lolo).
Sobre mis acciones desconocidas, en verdad estaba quedandome dormido sin intención de hacerlo.
Ojala salgan mas seguido y sigan surgiendo historias así.

Anónimo dijo...

la historia la escribio pablo (en tercera persona), los dibujos los hice yo...
nos vemos el 2007

Anónimo dijo...

yo = pensé q la habia escrito javier, por los dibujos.......qdó re buena...pablo has pensado en escribir cuentos??????.....eso, nos vemos...chau

Anónimo dijo...

Muy buen relato podrías escribir cuentos infantiles.
Agrego datos; el alcohol se elimina a una velocidad constante de 8 g/hr, los gramos de etanol en la bebida se sacan de acuerdo a los grados y la cantidad ingerida (Ej 100 ml de chela tienen 6 grados osea 6 gramos de etanol, 1000 ml de cerveza, que es la dosis habitual, tiene 60 gramos y su eliminación ocurrirá en 7,5 hrs) Cabe destacar que el tiempo de absorción del etanol es de 30 min independiente de la cantidad, por lo que es muy fácil saturar a la enzima alcoholdeshidrogenasa encargada de la metabolización alcohólica. Cuando la enzima se satura se produce un producto alterno llamado acetaldehido, potente vasodilatador periférico (los ebrios se ponen colorados. También causante de la caña, y el mareo).
Para finalizar si su misión es no sentir el más mínimo efecto con 1 litro de chela mi recomendación es que se consuma 1 vaso (200 ml) por hora. Espero a alguien le sirva.